domingo, 26 de febrero de 2012

Hay cosas que no deberíamos olvidar, ni perder, ni hacer desaparecer de nuestra vida.

Hay cosas que no deberíamos olvidar. Como ese peluche que tantas noches ha estado acostado a nuestro lado. O esa foto que nos hicieron de pequeños y que a pesar de lo mal que sales, te saca una sonrisa cada vez que la miras. Igual que aquellos recuerdos con tus amigas en donde acababais llenas de tierra, pues os encantaba hacer castillos de arena. O las pelotas con las que jugabas al fútbol. O esa manta que tiene tantos años, pero que sigue siendo tan calentita como al principio.

Hay cosas que no deberíamos perder. Como ese juguete tan especial que nos regalaron de pequeños, y con las que tantas tardes hemos pasado sin aburrirnos. O como aquella bicicleta color morada que tanto te gustaba, que tantas leches te metiste con ella, pero que te llevaba a todas partes. O aquel disfraz que en su momento nos quedaba algo grande, y ahora nos queda tan pequeño. O aquella "nintendo" que teníamos con el Pokémon, y que tantas horas nos tenía viciados.

Hay cosas que no deberíamos hacer desaparecer de nuestra vida. Como esa amiga que tenemos de siempre, que conociste con 3 años, y que no te has separado de ella nunca, y que ha pasado contigo buenos y malos momentos. O como esas personas que vas conociendo y que sabes que merecen la pena por que te lo demuestran día a día. O esos vicios que tenemos, desde comer pipas hasta mirar la carrera de las gotas de lluvia ventana abajo.

Hay cosas que no deberíamos olvidar, ni perder, ni hacer desaparecer de nuestra vida, pues son cosas que nos  definen, que nos van haciendo tal y como somos. Son esas cosas las que nos hacen tener nuestra propia personalidad, nos hacen ver qué persona vale y cuál no. Nos hace tener nuestra forma de vida, nuestra forma de ser. Son cosas que no, nunca tenemos que olvidar, ni perder, ni hacer desaparecer de nuestra vida.

lunes, 20 de febrero de 2012

No se trata...

No se trata de ser igual o no. De querer más o menos. De cuidar más o menos. Se trata de sentimientos. De emociones. De encuentros llenos de risa y alegría. De momentos en los que por muchos silencio que haya, nadie esté incómodo. Se trata de ver a través de los ojos del otro, de sentir a través de los sentimientos del otro. Se trata de respirar, sentir, de pensar como la otra persona.

Se trata de tener momentos inolvidables en los que las dos personas están a gusto. De ver el mundo de colores, con una sonrisa en la cara causada por alguien especial.
No se trata de ti, o de mí. Es un nosotros. Se trata de nosotros. Un algo que no funciona, pero con otra persona sí.
Por que.. ¿Qué sirve una relación si alguno de los dos está incómodo? ¿De qué sirve una relación si no se siente nada? Puede que cuando todo acabe, algo se empiece a sentir. Pero por otro persona. Eso es así, y todos lo saben.

No se trata de querer más o menos. De regalar más o menos cosas. Se trata de sentimientos. De momentos inolvidables... De miradas que lo dicen todo y palabras que no cuentan nada. O lo cuentan todo. Depende de por dónde lo mires. Depende de cuál sea tu punto de vista. Para ti no significan nada. ¿Para mí? Lo significan todo.

Se trata de no ser igual que el resto, de no darme todo lo que quiero. De pararme los pies cuando se debe. De no darme todos los caprichos, de no mal criarme. No se trata de dar o  no dar, si no de saber cuando se debe dar algo.
No se trata de ser igual o no. Ni de querer más o menos. Se trata de sentimientos. De momentos inolvidables...