miércoles, 16 de octubre de 2013

Hoy, tanto tiempo después.

Cuando la poesía ya no me sirve para desahogarme, tengo que utilizar la prosa. O al menos, debo intentarlo. Como escribió mi pequeña Irene, "Recurro a la prosa, para no sé qué le quiero decir y ya no sé como".

La última vez que supe de ti fue hace tanto tiempo que ni sabría decirte cuando fue. Solo recuerdo que en esa última conversación que tuvimos, se me cayó el mundo encima.
O las paredes de la casa que creía construir contigo.
O las ideas de futuro que tenía en mi cabeza. Y en todas esas ideas aparecías tú. Sonriendo. Siempre sonriendo. Llegando a corretear por el campo con los dos niños que pensamos en tener. Pero ahí quedó todo. En simples sueños que rompimos a hostias contra la vida por ilusionarme. Por que solo me ilusioné yo, pero ambos rompimos los sueños.
Ahora, cuando veo las fotos que tantas veces nos pasamos, me pregunto qué es de ti.
Me masturbo, y al terminar me hago prometerme que borraré las fotos. Para no saber más de ti. Al final nunca lo hago. He de dejar de hacerme ese tipo de promesas. Sé que no las voy a cumplir. Por eso he decidido preguntarme si debería volver a saber de ti, saber como te va la vida. Me pregunto todos los días desde que te fuiste "¿qué tal habrá dormido?", "¿estará bien?". Y me faltan cojones para preguntártelo de verdad.

Cada vez que follo, por que dejé de hacer el amor hace mucho tiempo, pienso en todos esos polvos que tú y yo nos perdimos. Distancia, dicen algunos. Falta de ganas por parte de alguien, digo yo.
Tú y yo nunca follamos, ni hicimos el amor. Ni si quiera pude darte un misero beso, pero a veces, el amor no hace falta demostrarlo con señales. Era hablarte por teléfono y llorar felicidad por todo mi cuerpo. Tú sabes a qué me refiero.

Hoy, tanto tiempo después, he vuelto a verte de nuevo, en fotos, como siempre. He vuelto a leerte. No me preguntes por qué, pero lo he hecho. Y mientras te leía, he vuelto a llorar. He recordado todos esos viajes que quisimos hacer y nunca hicimos. O todas esas visitas que tuve pensadas. Visitas sorpresa. Visitas guiadas. Visitas con besos. Con caricias. Con sexo.

A pesar de todo, quiero darle las gracias. Con él supe lo que era querer a alguien de verdad. Supe lo que de verdad duele la distancia. Supe lo que es levantarse cada mañana con una sonrisa solo por saber que, aunque no estuviese a mi lado, estaba ahí.
No sabéis lo que es despertar, hablarle, y que 1 segundo después me hablase.O despertar, y ver que él ya estaba pensando en mí. No sabéis lo que es sonreír día tras día solo por alguien.
Hoy, ahora, después de tanto tiempo sin saber de ti, quiero darte las gracias por esos días que se convirtieron en meses que se convirtieron en un año.
Un año que, espero que sepas, no lo olvidaré jamás.
Ni las promesas que nos hicimos.
Gracias.

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