miércoles, 22 de julio de 2015

Aquí, y estar.

La soledad del bus a las 3 de la noche
me recuerda que no hay que alterarse.
Que los silencios enorgullecen la persona y
el ruido,
mas que hacernos grandes,
nos destruye.

Construimos un par de acantilados
a orillas del Sena,
a París la recuerdo en tu espalda
y suenan los Beatles en tu boca.

Revoltosa es.
Resiliencia paso a paso.

Costumbres de ojalata que nos dejan a 3 pasos de llegar.
Pero llegamos.
A rastras.

Las ratas son cuando no estamos.
Y por eso caer es necesario para disparar.

Sujetarse fuerte a los asientos y aullar como forma de vida.

Todas lucharon por todos y alguno luchó por todas.
Y que pena salir
y recordar una nube roja
en las entrañas
de los horizonte
de los olvidados.