El miedo del río que no encuentra su cauce.
Caminar.
El revuelo de las hijas en mi estómago.
El silencio de la lágrima en la cuneta.
El impulso a saltar
salir volando.
Escuchar y escucharte.
Rebuscar entre la gente la mirada
encontrarte en el olvido.
El cigarro, el humo que se desvanece
y se pierde en tus células.
Tus células quedándose en mis miedos.
Tú que vuelves a besarme las cicatrices.
Yo que vuelvo a abrirme las heridas.
"Tú que vuelves a besarme las cicatrices.
ResponderEliminarYo que vuelvo a abrirme las heridas".
Preciosa melancolía.
Y dolorosa, también.
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