No me prohibas nada. No dejes que me escape, ni que me quede.
Esperame a la salida, pero luego vete pronto.
Quedate a mi lado, pero nunca te olvides del mundo.
Dame tus besos, y no se los prestes a nadie.
Prométeme que no me harás creer en un siempre.
Prométeme que nunca cambiaré, ni por ti, ni por nadie.
Respeta cuando caye, y agobiame cuando hable. Tumbate a mi lado en cualquier lugar en donde me tumbe. Acariciame la espalda, y cuando me quede dormida, duermete a mi lado. Respirando al unísono los dos. No me daré cuenta de que te has dormido hasta que me levante. Y te despertaré con miles de besos, hasta que abras los ojos, me mires y sonrías.
Acepta como soy, con mis estupideces y mis rayadas. Mis cabreos y enfados. Mis lágrimas, mis risas, mis tonterías, mis caídas, mis frases.
Y por las noches, jugaremos a ser humanos en la habitación. Deslizate por mí cuando te de señales, y solo abrazame cuando no tenga fuerzas ni para seguir con mi vida. Pasaremos una noche tras otra juntos, haciendo de la habitación nuestro mundo. Haciendo que la ropa termine en el suelo. Haciendo que compartamos los pecados. Jugando a ser dos personas en una, dos cuerpos fundidos en uno solo.
No pararé hasta que sepa que eres mío entero. Hasta que sepa que quieres pasar el resto de tu vida conmigo. Y te besaré una y otra vez hasta que caigas rendido. Hasta que te tenga todos los días delante de mí. Y cuando empiece a agobiarme esa situación, aceptame. Haz que me sienta libre, pero no me sueltes. Hazme sentir culpable, para pedirte perdón una y otra vez y darme cuenta de que te quiero conmigo. Y cuando me hagas llorar, prométeme que no te irás nunca. Que gracias a esos momentos seguirás en mi vida día tras día hasta que todo vaya tan mal que no haya forma de arreglarlo.
Solo prométeme que seguirás conmigo una y otra vez. En las buenas y en las malas. Volando o caminando. Riendo o llorando.
Solo prométeme que no me dejarás llorar cuando esté riendo, pero que sí me harás reír cuando esté llorando. Prométeme que cuando me caiga, me levantarás; y que cuando me levante, me abrazarás; y que cuando me abraces, me beses. Y no me sueltes.
Solo prométeme que seremos dos humanos jugando en una misma habitación a ser una sola persona.
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