Escuché eso de "Yo mataré monstruos por ti" hace tiempo, y nunca supe a quién debería decírselo. Recorría mi cabeza, pensando en alguien a quien decírselo, pero no descubrí a quien. Pero hoy, caminando por la calle, entre risas y palabras, lo supe. Te descubrí una noche, te paseabas por mi cabeza desde hacia poco, pero nunca me fijé. Hasta hoy. No estaba segura de querer verte día tras día. No estaba segura de querer regalarte mis tardes y mis noches. Mis días enteros. Mis besos con sabor a cerveza fueron solo tuyos. Mis miradas llenas de rímel, también. Mis Vans corrían junto a tus Nike y mis jerseys junto a tus cazadoras.
Nunca supe que serias tú, hasta que mis besos de cerveza pasaron a ser besos al cuadrado de cerveza al cuadrado. Fuimos números a cada segundo, a cada metro en la acera. Fuimos dos, con besos al cuadrado, con cuatro piernas que andaban juntas, con diez dedos que se rozaban y entrelazaban. Fuimos cientos de paso y miles de respiraciones. Muchas más palpitaciones. Subimos siete escalones, para bajar dos, para sentarnos en un banco, para bebernos mientras veíamos pasar las horas.
Una vez escuché eso de "Yo mataré monstruos por ti" y nunca supe a quién decirselo.
Pero esta noche ya lo se. Recuerda:
"Yo mataré monstruos por ti..."
"...solo tienes que avisar".
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