miércoles, 3 de julio de 2013

Moriré en mi propio infierno.

Moriré en mi propio infierno.
Ese que me dejaste
cuando decidiste marcharte
por la puerta
y no volver.
Ese que me quedó
cuando tus ojos decidieron
dejar de mirarme
y tu boca
dejar de besarme.
Ese que me llegó de golpe
una noche
y me hizo ver que dejé
de ser tuya
hacía mucho tiempo.

Moriré en mi propio infierno.
Que es muy parecido a
caminar sola
por una calle vacía
en plena noche
sin nada al rededor.
Que es muy parecido
a mirar por la ventana
lo lejos que queda el mar
y lo cerca que queda el asfalto.
Que es muy parecido
a sonreír para que nadie pregunte
"que te pasa".

Moriré en mi propio infierno.
Ese que decidiste crearme
cuando dijiste que
ya no era lo de antes.
Cuando dijiste que
ya nada era igual.
Cuando el cielo decidió
llover sobre mí
días tras día,
sin dejarme ver el sol.

Moriré en mi propio infierno.
Igual que mueren
las lágrimas al caer al suelo.
Igual que muere tu risa
al cruzar la esquina.
Igual que muere mi sombra
al acabar el día.

Sin tu saberlo
y
sin quererlo
(O a lo mejor
lo quisieras un poco)
yo...
Moriré en mi propio infierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario