viernes, 24 de abril de 2015

Él quería; yo solo.

Se me apaga la piel cuando las luces deciden encenderse
por eso de que yo soy más de noche y oscuridad.

Los pétalos caen al suelo,
uno a uno,
y golpean
llorosas las baldosas.
La marca del papel
me recuerda
que te echo de menos,
y que vuelas tan alto
que no puedo alcanzarte.

Estamos tan tontos
riéndonos de todo tanto
que nos olvidamos
de revolotear y remolonear
en una misma cama.


Tienes una foto preciosa
en la sonrisa
y una bonita bandera
en las espaldas.

No vi
nunca
algo tan hermoso
como tu risa
al caer la mañana,
colándose un rayo de luz
por entre las sábanas. 

Me quedé ciega.
Y no fue por el sol.

Él solo quería volar un rato,
yo recorrer el mundo a su lado. 

Él solo quería pasear y descansar,
yo quería correr y no parar. 
Y ser con él,
y lo último que conseguí 
se resumió en 
"nos veremos pronto,
dejando que el destino
nos encuentre
en el  mismo sitio,
a la misma hora".

Y sin los mismos besos. 

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