Estoy a oscuras, en mi habitación. Bueno, a oscuras no.
Un pequeño haz de luz entra por la ventana.
Esa pequeña rendija me hace recordar que no estoy muerta.
Que sigo en mi habitación, sentada en la cama.
Pensando, reflexionando sobre tantas cosas que no deberían haber pasado...
O si, eso no lo sé.
Ese haz de luz me muestra el cuadro que hay encima de mi cama.
Una niña y un perro. Un campo de fondo. Sonriente está esa niña.
Puede que gracias al perro que posiblemente le acaban de regalar.
O por el mero echo de que no tiene ningún problema. Todo es perfecto para ella.
El haz de luz me muestra una foto. Dos, tres... Muchas fotos de mi vida.
Con mi familia, mis amigas y amigos.
Mi gata, y esa persona especial...
Son tantos los recuerdos que guardo en fotos por toda mi habitación.
Tantos momentos vividos, que sin ellas no los recordaría.
Aunque ahora... Ahora parece que de nada me valen.
Ahora no quiero estar aqui.
Solo quiero desaparecer...
Estoy escribiendo, transformando palabras.
Las escribo y repito. Las copio y las releo.
Tú las lees, y no sabes que decir. Pero se te quedan grabadas en la cabeza.
No las olvidas, te las guardas, y las escupes por tus labios.
Yo las clavo en mi piel a fuego, y de ahí se que nadie se las llevara.
No quiero que se las lleven, sin ellas... No soy nada...
Soledad... A veces se necesita para reflexionar...
Pero cuando no la quieres y la tienes encima...
En ese momento quiere morirte.
Notas como la sangre te hierve por las venas.
Ves como la oscuridad va llenando tu luz.
No se deja ningún hueco de tu cabeza.
Te llena poco a poco, pero irreversiblemente.
Sin querer o queriendo piensas.
Recuerdas. Te sientes tonta.
Quieres huir, pero nada vas a hacer.
Llegas al baño. Te miras en el espejo.
Te das cuenta de que ya no eres tú.
La soledad te tranforma.
Te hacer ver cosas que no existen.
Te ves desaparecida, olvidada, completamente equivocada.
Sientes que ya de nada te sirve vivir,
y la única manera que hay de irse es morir.
Piensas, lo repiensas. Te sientes tan sola,
que llegas hasta el final.
Te sientas con una pequeña cuchilla en la mano.
¿Lo hago? ¿No lo hago?
¿Lo hago? ¿No lo hago?
En el fondo sabes que no queires hacerlo,
pero... ¿de que te sirve si solo tienes miedo?
Sueñas con estar a su lado,
pero sabes que él la quiere a ella...
Sabes que no la va a olvidar...
No por ahora...
Y te das cuenta de que no merece la pena perder la vida...
No por ahora.
Sabes que en un futuro puede pasar de todo...
¿Por que no esperar?
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