-¿Alguna vez te has sentido tan mal por una persona que no puedes comer, ni dormir, ni nada?
-Pues no... No se a que te refieres...
-¿No sabes a que me refiero?
-No...
-Espera, que te lo explico... Estoy enamorada... Y no sé que hacer. Lo quiero, pero lo tengo tan lejos, que me gustaría no haberlo conocido. Pero ahora que lo conozco, no consigo olvidarme de él... Me siento tan mal cuando no lo veo, cuando no estoy con él... Quiero que me abrace todos los días, y que me ponga la piel de gallina... Quiero que con una mirada me diga lo que más le gusta. Quiero que con un suspiro que diga que me quiere, y con un beso me eleve al cielo... No sé si lo entiendes ahora...
-Si, lo entiendo, pero... ¿no te besa cuando estáis juntos?
-Si, claro que lo hace. Y me encanta. Pero no me gusta que tenga que esperar una semana entera para verle...
-Bueno, ese es el problema de querer a alguien... ¿no? Que puede que esté lejos...
-Si, si eso lo sé... Pero me encantaría tenerle entre mis brazos todos los días... Me gustaría muchísimo poder darle un beso de buenas noches, y uno de buenos días. Me encantaría cogerle la mano en cada segundo, y saber que está ahí, que no se va a ir nunca...
-Puff... Pues sí que le quieres... ¿no?
-Si... Demasiado. Pero es que... Si no hablase con él, si no supiera que está bien, si no me besara... No sería yo. Si él no estuviera a mi lado siempre no sería la chica que conoces... Creo que le quiero demasiado, pero no quiero olvidarle nunca... No quiero que se vaya...
-Dios... si que estás enamorada...
-Si... perdídamente enamorada...
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