sábado, 17 de septiembre de 2011
Lo que fuiste y dejaste de ser.
Busca instantes en cualquier lugar y momento. En algún segundo te servirán para ver lo que llegaste a ser, y dejaste olvidado. Cuando vuelvas a ver aquel recuerdo, recordaras aquellos instantes en los que decidiste guardarlo. Te vendrá a la memoria el motivo por el que decidiste quedarte aquella foto, aquel folio escrito o cualquier tontería hacia la que tienes un afecto especial. Un día abrirás el cajón que tienes cerrado con llave, y te embarcarás en distintos viajes hacia el pasado. Hacia momentos arrinconados en algún lugar de tu memoria. Volverás a ver personas que ahora son simples fantasmas del pasado. Figuras que fueron importantes, y que ahora son tan extrañas, que ni las conoces. Te darás cuenta de lo que fuiste, y dejaste de ser. Fueron fiestas de cumpleaños, partidas al pilla-pilla en el colegio. Sensaciones que olvidaste al instante de haberla sentido. El miedo, la insensatez de la infancia, la desvergüenza que tenias. Las escaladas en los árboles, las caídas del skate y sus respectivas heridas en las rodillas. Los abrazos perdidos, los besos extraviados. Un recuerdo, otro, y otro más. Te invaden, te hacen soñar y reír. Con algunos lloras. La última carta de alguien te querías. Un juguete roto. Poco a poco, te levantas de la cama, te vistes, y te vas al parque. Te tumbas en la hierba, y los recuerdos vuelven a llenarte. Les das miles de vueltas a todos. ¿Y si hubiera pasado esto y no lo otro? ¿Y si no me hubiese peleado con tal? ¿Y si...? Las preguntas te inundan. Y les buscas respuesta. Cada una tan extraña e imposible como la anterior. Y de repente, una frase te viene a la cabeza. "El destino mezcla las cartas, y nosotros las jugamos" de un filósofo alemán. Te das cuenta de que tu vida es así, tus amigas son las que son, tus gustos, tus aficiones, todo es así por que tú has querido que sea así. El destino te dio miles de opciones. Tú elegiste las que quisiste, las que viste que eran mejores para ti. En alguna te habrás confundido, está claro. Pero toda la gente comete errores... ¿no? Lo único que hace falta es acordarse de cual es ese bache, y no volver a tropezar. Por que, en ese momento, te das cuenta de lo que fuiste, y dejaste de ser.
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