Música de fondo.
Todo suena y todo calla.
Recuerdos, muchos recuerdos.
A la vez, mucha soledad.
Besos perdidos.
Besos olvidados.
Historias que pudieron ser
y nunca fueron.
Caricias que se convirtieron
en piel de gallina.
Susurros, abrazos.
Risas de complicidad.
Manos bajo la mesa.
Juegos, toqueteos.
Y otra canción.
"Quizás, quizás, quizás"
Y exactamente, eso piensas.
Quizás... ¿Qué pasó?
¿Qué dejó de pasar?
Quizás. Tal vez.
¿Por qué no?
Un viaje tras otro.
Campos al rededor.
Ciudades reflejadas en espejos.
Espejos que muestran la verdad,
la pura verdad.
Soledad, distancia.
Todo traducido al olvido.
Risas por detrás.
Gente.
Poco a poco, llega la gente.
Poco a poco, todos se sueltan.
Poco a poco, todo se olvida.
"Bésame, bésame mucho..."
Si, por favor. Hazlo.
Nunca te olvides de mi.
Otra canción.
Su voz sonando detrás.
Aplausos.
Bien.
Lo haces demasiado bien.
Sonrisas. Sigue.
Sabes como seguir.
Sabes como engatusar.
Sabes como alegrar.
Sabes hacerlo todo.
Absolutamente todo,
en todos los sentidos.
La soledad se fue.
Los espejos dicen la verdad.
No estoy sola.
Solo estoy sin acompañar.
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