miércoles, 2 de abril de 2014

Pongo una mesa para dos, y aún no has llegado.

Voy a poner la mesa para dos.
Y no sé quién se va a sentar al otro lado.
Voy a buscar un par de servilletas.
Que puta ironía eso de querer hacer una mesa para dos,
y no tener a la para persona que se va a sentar delante.

No importa,
yo sigo creando un pequeño espacio donde sentarnos a contar historias,
las cuales,
hacemos que parezcan más de lo que son. 
Y no busco a nadie en especial.
O sí.

Alguien que se atreva a sentarse en una mesa
a escuchar a una paranoica con problemas de autoestima
a quien no le importa una mierda lo que piense el resto del mundo.
Alguien que se atreva a escuchar y buscar soluciones
a cómo mejorar la vida, a cómo intentar ser un poco más libres.
Siéntate enfrente, no hace falta que sonrías.

Ya sé perfectamente para quién estoy haciendo esta comida.
Ya sé perfectamente para es el sitio que tengo delante.
Ya sé perfectamente por quién voy a esperar.

Y ahora siéntate.

Que se nos enfría la comida. 

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