jueves, 19 de mayo de 2011

Esos amores de película...

Cuantas veces me he despertado de un sueño en donde todo era perfecto.
En donde los pájaros no callaban hasta que el sol
se escondía entre las montañas.
En donde el río suena en cada esquina,
el mar ruge junto a las olas y a las gaviotas,
y la gente no deja de soñar.

¿Por que todo el mundo sueña con un amor de película?
Te preguntas a ti mismo. Lo preguntas a la gente,
pero no buscas la verdadera respuesta.
Todos la sabemos, y nadie quiere hacerla caso.
Lo único que queremos es ver lo que nos apetece.
No queremos darnos cuenta de que
para evadirnos de todo,
para sentirnos libres,
para poder soñar con un mundo diferente
nos encerramos en esas películas de amor,
que no nos cuentan más que ñoñerías.
Que lo único que hacen es darnos una falsa sensación de amor
cada vez que nos enamoramos.
Cada vez que nos damos cuenta de que nos estamos enamorando
pero de verdad
nos centramos en pensar que sera como esa película tan especial que vimos
hace no mucho, pero que nos encanto.
Queremos pensar nuestro amor va a ser
como el amor de esos protagonistas,
un chico y una chica,
nacidos para estar juntos,
que no se pelean,
que no pasan malos ratos, solo el último,
solo el último adiós es un mal rato para ellos.
Pero que digo, puede que ni ese sea un mal rato para ese amor de película.
En esos que todo es de color de rosa,
que se prometen mil cosas,
que ven un mundo entero junto al otro,
y no ven nada sin el otro.

Puede parecer una cosa un tanto extrañan,
especial o rara,
sin sentido, o con el más sentido del mundo,
pero la gente no deja de soñar con ese amor de película.
Unos lo esperan impacientes,
y otros lo dejan pasar sin darse cuenta.
Los que lo esperan impacientes...
seguir soñando, muchas veces, esos amores de película no son más que eso...
Amores de película.
Los que lo dejan pasar...
Tranquilos, no era un amor de película.
Era simplemente un amor que no merecía la pena.
Que no sentía lo mismo el uno por el otro.
Que buscaban cosas diferentes.
Que querían pensar que servían para estar juntos,
pero no servían para eso.

Nadie es una excepción,
yo también he soñado con ese amor
en donde los dos damos lo mismo.
En donde los dos no esperamos recibir nada del otro,
pero aún así, lo recibimos.
Que no pido más que una caricia, una mirada.
Una sonrisa que te sale cuando me miras,
sin ningún sentido, o con todo el del mundo...
Pero me encanta.

Recuerda que los amores de película no son más que eso...
Unos amores, que no salen más que en las películas.
Encárgate de vivir un amor propio, pues el de las películas...
Pocas veces ocurren en la realidad...

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