sábado, 21 de enero de 2012

Y nada más.

No te pido que me ames toda la vida.
Ni siquiera que me odies.
No quiero que me dejes una noche para ir de te fiesta mientras yo te espero sentada en mi cama.
No te pido que me hagas reír día tras día.
Ni siquiera que me hagas llorar.
No quiero que me hagas callar cuando yo solo quiero hablar.
No te pido que me hagas rabiar con tus tonterías o tus enfados.
Tampoco que me hagas gritar cuando no me aguanto las cosquillas.
Ni siquiera que me persigas cuando me voy corriendo.
No te pido que me bajes la luna.
Ni el sol,
ni las estrellas.
Ni siquiera que me regales una de ellas.
En realidad, poco te pido.

Solo te pido que estés conmigo,
en los buenos momentos.
En los malos momentos.
Incluso cuando ríe.
Incluso cuando llore.
Que estés al día siguiente con la resaca a mi lado.
Solo te pido que me mires en silencio y
que tu mirada me eleve a las nubes.
Que tu boca esboce una pequeña sonrisa
cuando me mires y me persiga en silencio cuando me voy.
Solo te pido que me abraces y me des un beso.
Que me hagas indefensa a tu lado.
Que me busques cuando me pierdo,
que me encuentres cuando no estoy.
Solo te pido que cuando me encuentro mal, me busques bien.
Solo te pido que estés conmigo día a día, y que cuando te canses, me lo digas.

Solo te pido esto.

Lo prometo.

Nada más.


3 comentarios: