Aprendí a leer entre las líneas de tus labios. Aprendí a descifrar cada uno de tus silencios. Aprendí a esquivar algunas de tus miradas antes de que me tocaran hondo. Aprendí a querer cada una de tus manías, y ahora echo en falta la rutina contigo. Nadie me enseñó como estar cuando el café es solo para uno, como estar cuando te levantas y te encuentras solo en una cama que quedaba pequeña para dos. Eres esa asignatura pendiente de septiembre que espera que octubre le haga olvidar que estuvimos a punto de nada de serlo todo.
Aposté, fallé, y solo toca esperar que el tablero cambie ahora.
Este texto es mio, podrias borrarlo, o al menos decir que es mio.. Gracias.
ResponderEliminarCierto, sabía que lo cogí de un blog, pero luego no lo encontraba. (Antes o después, iba a aparecer la dueña).
ResponderEliminarGracias por haber hablado, ahora pongo tu enlace.
Mil gracias, creo que eres una de las únicas que no borran este tipo de comentarios y pasan del tema.. Por ello te pido disculpas por haber parecido tan borde..
ResponderEliminarJajjajaja Claro que no paso del tema. Si lo he cogido de alguien, lo pongo. Lo que pasó fue que cerré tu blog antes de coger el nombre, y luego no lo encontraba. E imaginé que antes o después aparecerías por algún lado. Jajajajaj
ResponderEliminarPor cierto, ¡me gusta lo que escribes!
Un saludo!