domingo, 21 de abril de 2013

-

Era ir por la calle, y que todo me recordara a él.
Ya no sabía ni por donde tenía que girar para llegar al bar.
Caminaba a cámara lenta, esperando a que algo cambiase.
Pero no, nada cambiaba.
La música seguía sonando en mis oídos.
Seguía buscando el bar.
Nuestro bar.
Ahora, solo mi bar.
Dejó de ser nuestro el día que decidiste no volver a pisarlo,
como hacíamos antes.
Lo que nos unió, esas cervezas frías rodeadas de poesía,
fue lo mismo que nos separó.
Y sin saber por qué... Todo terminó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario