lunes, 22 de abril de 2013
Mírame, recuerda quién soy.
domingo, 21 de abril de 2013
Me has fallado.
Me desnudé para ti, día y noche. Sin miedo.
Prefería quedarme en casa contigo antes que salir con mis amigas de fiesta.
Y ahora... No, ahora no me arrepiento. Nunca he dicho eso.
Arrepentirse no sirve de nada. Lo hecho, hecho está.
Pero sí que me odio. Por haberte creído día tras días y noche tras noche.
Me odio por haber pensado que contigo todo era diferente.
Y no era más que una absurda mentira, como cualquier otra.
Me odio por haberte querido más de lo que tú me querías a mí.
Te recuerdo lo que me prometiste: que nunca te irías.
Y que si lo hacías, solo sería el día de tu muerte.
¿Pero sabes qué?
Me has fallado.
Te has ido antes de tiempo.
Esta vez, he ganado la partida.
-
Ya no sabía ni por donde tenía que girar para llegar al bar.
Caminaba a cámara lenta, esperando a que algo cambiase.
Pero no, nada cambiaba.
La música seguía sonando en mis oídos.
Seguía buscando el bar.
Nuestro bar.
Ahora, solo mi bar.
Dejó de ser nuestro el día que decidiste no volver a pisarlo,
como hacíamos antes.
Lo que nos unió, esas cervezas frías rodeadas de poesía,
fue lo mismo que nos separó.
Y sin saber por qué... Todo terminó.
martes, 9 de abril de 2013
Que no, que no me contéis historias.
De perderme en sus abrazos y sus besos
mientras me encuentro en su mirada.
Que para hablar de él hace falta saber demasiado.
Que las palabras para describirlo son pocas.
Que verle caminar delante de mí no es lo mismo
que verle en mi cama.
Que hablar con él no es lo mismo que hacerlo a solas.
Que las cervezas saben mejor en su compañía.
Que los inviernos son menos fríos
y los veranos más calurosos si son con su risa.
Que para verle llorar hace falta demasiado,
y para verle reír, demasiado poco.
Que cada palabra que sale de su boca parece
el canto de un Dios mitológico,
de esos que enamoran a cualquiera.
Dicen que cada paso que doy son cien pasos suyos.
Que cada caída al suelo es un salto al cielo.
Que no, que no me contéis historias.
Que recitarle los versos más bonitos no sirven de nada,
por que él es todo verso sin saberlo.
Y de los mejores.
Que dejarse llevar por él es lo mejor que pueda pasar.
Que las sorpresas le acompañan cada día.
Que cada segundo a su lado, son cien con otra persona.
Que diez días parecen cinco.
Y cinco días, parece uno.
Y un día, parecen horas.
Que ser el anverso de su reverso es todo un lujo.
Que enamorarse de él es muy fácil,
y odiarlo es lo más difícil.
Nuestro propio cielo.
"Quieres saber cuál es mi fantasía?
Mi fantasía es sentir que esto que tenemos tú y yo es de verdad. Ya sé que nadie prometió nada, pero...
Me gustaría que por una vez fueras la primera en decirme que me quieres y que no sólo respondas "yo también" cuando te lo digo yo.
(...)
Me cansa sospechar que me mientes cuando me cuentas lo que has hecho o dónde has estado y con quién.
Sólo pretendo saber, aunque sea por un minuto, qué diablos está pensando esa cabeza tuya. Porque por más que te miro a los ojos... No sé quién eres.
Mi fantasía es sentir que es verdad lo que me dijiste cuando me regalaste esta bonita sábana.
Dijiste que éste sería nuestro propio cielo.
Tuyo y mío, y de nadie más.
Que aquí siempre estaríamos a salvo."
Cortometraje "Nuestro propio cielo"
martes, 2 de abril de 2013
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Aposté, fallé, y solo toca esperar que el tablero cambie ahora.